Felicitas de Saint-Maxent, condesa de Gálvez y virreina de la Nueva España, fue un personaje fascinante, que vivió a caballo entre elAntiguo y el Nuevo Régimen y ha sido, hasta ahora, increíble einjustamente olvidada. Hija de criollos de Nueva Orleans, y por tantode origen y educación franceses, fue una mujer bella, inteligente ypromotora de la cultura y las bellas artes a lo largo de toda su vida. Casó con el ilustre gobernador Bernardo de Gálvez, clave en laindependencia de Estados Unidos, y que llegó a ser virrey de NuevaEspaña. Al enviudar, se trasladó a Madrid, donde fue célebre comoanfitriona de tertulias en las que participaban ilustres literatos ypolíticos, por las que llegó a ser tachada de afrancesada y finalmente desterrada.
Felicitas de Gálvez vivió una vida cuajada depasión, originalidad e ilustración entre dos mundos, y simboliza eltornaviaje de todas aquellas mujeres que antes que ella marcharon aAmérica buscando una oportunidad.
Felicitas de Saint-Maxent, la hermosa hija criolla de uno de los colonos franceses más poderosos de Nueva Orleans, vive junto a su familia entre las